Bienvenido

Hola a todos los lectores fantasmas; anteriormente este blog estaba dedicado a otros fines, pero a sabiendas de que una vez lanzado el proyecto nadie colaboró, y todo se fue llenando de cosas personales, entonces he cambiado la bienvenida. Ahora ago una explícita invitación: a la lectura de mis desgracias literarias, que a uno que otro han gustado y, de igual manera a la colaboración por medio de cometarios sobre las burradas que puedo poner.

Sin más que decir, les deseo que estén bien a todos, y que distribuyan el link si les ha gustado lo que encuentran aquí

viernes, 1 de agosto de 2008

Regresando a escribir

Estaba hablando hace unos momentos con una amiga con la que quería, y se cerró en su punto de vista. El motivo de nuestra pequeña discusión era el de las creencias, que el simple hecho de creer o no creer en algo lo hacía verdadero o falso a la realidad. Sinceramente le dije que… bueno por ahí como que no me dan ganas de empezar, comenzaré narrando el suceso desde el principio:

Estábamos hablando acerca de la soledad y de que probablemente lo mío era el terminar quedándome solo, solito y sin nadie a mí lado (bueno casi), y ella mencionó que no lo creía posible pues yo era un romántico empedernido que estaba completamente enamorado y sobre todo enamorado de las chicas, cosa que sinceramente no se los voy a negar y que de hecho en estos momentos les diré que sí, estoy enamorado de una chica, y que de todas formas me siguen gustando muchas más, pero ninguna me mueve el tapete como ella lo hace, y que como le decía: que me soporte a tal grado pues... pero eso no era lo que estaba diciendo cuando discutía con mi amiga (si es que a eso se le llamaba discusión). Comentaba que sí era un poeta loco, enamorado, y le dije que para que sonara más cursi todavía, le agregara que estoy enamorado de la vida y de la muerte en general. Honestamente podría pensar que eso la abrumó un poco ya que me rebatió con que por culpa de personas como yo las ninfas se habían perdido, por cualquier criatura humana o mitológica que les quería quitar su magia y libertad. Del comentario dicho empezamos a debatir un poco sobre la libertad, que para mí en muchos sentidos (o hasta podría ser en todos) es una ilusión aparente, pero es tan complicado el tema que quedé diciendo que era una puta conceptual más, de las más manoseadas de hecho, ya que hay innumerables factores que interfieren, e incluso mencionaba que para mí esa era una concepción muy al estilo de “uno de los males de la caja de Pandora” como lo es la esperanza (es que digo, ¿cómo es posible que alguien diga que la esperanza es algo bueno? –es decir, que te lleva a la autoafirmación- cuando el méndigo mito dice que en esa caja estaban todos los males del hombre; o sea, si uno más uno es igual a dos, entonces, caja contenedora de males más esperanza dentro de la caja, es igual a, esperanza como mal); pero bueno, entonces mencionaba que la libertad sólo existe (por el momento, para mí y hasta donde sé) como concepto, no hay más. Y estoy de acuerdo hasta cierta manera en la contestación que ella me dio: “si así es para ti, pues es verdad para ti” admito que en ocasiones yo también estoy de acuerdo en ese tipo de cosas, como por ejemplo que el tono de blanco que es para cada uno lo es para cada uno, es decir, el homo-mensura de Protágoras pero para las cosas sensibles, mas eso no significa que exista ahí un blanco en discordia, de hecho el problema del homo-mensura queda más y mejor explicado por Platón en su diálogo de Teeteto; aunque independientemente de eso yo le mencionaba que era imposible, y pese a la burrada que pude haber dicho y sobre la cual aún no caigo en conciencia, me dispongo a mencionar cuál fue: le decía que por ejemplo ella puede no creer en una bala y que no por ese motivo, no significa que puedo llegar a darle unos plomazos y no matarla, sólo por el hecho de que ella no crea en las balas, pero ella decía que sí, entonces recurrí a un ejemplo más, mencionando la explosión atómica contra el pueblo japonés durante el final de la Segunda Guerra Mundial; el que ellos no conocieran esas bombas no los salvó de que se murieran.

Estoy consciente de que en el último ejemplo estoy dando por hecho que a=b es decir, que el no creer en algo es similar o mejor dicho igual a no conocer algo, y obviamente eso no es posible, pero pondré otro ejemplo para mis lectores desconocidos, yo por el simple hecho de creer que no moriré (físicamente y clínicamente hablando, ya que habrá algún listillo que dirá pues puedes volverte una leyenda, un héroe, o ser un escritor reconocido y no morirás nunca… o alguna tontería por el estilo), no significa que no estire la pata algún día; o por creer que puedo respirar bajo el agua, podré hacerlo (me refiero a eso, en el caso de cualquier persona promedio y no mutada, con branquias o algo parecido) o N ejemplos parecidos. Estoy más a favor de creer que puedes lograr algo (sensato) y trabajar para conseguirlo, o tener mucha suerte o algo, es más hasta como los locos esos de la película “el secreto” les creo más posibilidades que las de mi amiga (o conocida como diría ella). Por el momento lo único que puedo decir es que le agradezco que con su actitud y contestaciones, me ayudara para regresar a escribir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El comentario de tu amiga sobre la verdad para tí me recordó la frase de una persona a la que alguna vez estimé en gran medida: "no existe verdad absoluta más allá de tus propias creencias".

--Ociosilandia/Entrettp-- dijo...

seguro?! digo, hasta el momento al menos la muerte sigue siendo la muerte y nos seguiremos muriendo. como lo decía, yo creo que en eso hay algo de rezón pero sólo aplicable a scierto número de cosas.

EktoradO dijo...

Lo más curioso es que entre que nos debatimos en las relaciones realidad-pensamiento y demás, nos da hambre, nos resfriamos, se nos para, cagamos. Es cosa de referentes. Las cosas obvias de la vida biológica están ahí, como los predeterminados de Windows... espera ¡qué mal ejemplo! El resto de nuestras referencias son todas inventadas, como la verdad y las creencias. Vivir no es cosa de verdades; darse cuenta de que uno está vivo sí lo es y de ahí nos arrancamos, no crees?

Ves? ¿CREES? jeje. De cualquier manera, creer viene de la mano con la conciencia, porque dudo que exista persona alguna que dedique su existencia a comprobarlo absolutamente todo... no sé si Borges haya inventado un personaje así, no lo he revisado completo.

Opiniones nada humildes, jeje.