Bienvenido

Hola a todos los lectores fantasmas; anteriormente este blog estaba dedicado a otros fines, pero a sabiendas de que una vez lanzado el proyecto nadie colaboró, y todo se fue llenando de cosas personales, entonces he cambiado la bienvenida. Ahora ago una explícita invitación: a la lectura de mis desgracias literarias, que a uno que otro han gustado y, de igual manera a la colaboración por medio de cometarios sobre las burradas que puedo poner.

Sin más que decir, les deseo que estén bien a todos, y que distribuyan el link si les ha gustado lo que encuentran aquí

viernes, 1 de agosto de 2008

Libertad

Sin embargo a raíz de este suceso en mi mente sigo pensando sobre lo que es la libertad; ya en la clase de ética teníamos esa discusión, y es que como bien dice Nietzsche en uno de sus libros (El viajero y su sombra Nietzsche, F. W.) la libertad es una ilusión inventada por las clases dominantes, porque el peón no puede tener libre albedrío. Bueno era algo así, la estoy parafraseando, tal vez después la corrija y la ponga como es, pero a lo mientras, no queda mucho por hacer, no se ha dado una respuesta concluyente al enigma de la libertad, Sartre con una de sus famosas frases trata de decir sobre el asunto “Estamos condenados a ser libres”, ¿realmente es así? Quiénes estamos condenados a ser libres; los seres humanos en diversas culturas y a través del tiempo han llegado a conclusiones completamente opuestas a las de el existencialista francés, en todas ellas se ha hablado del destino, la moira, el fathum, etc. Ideas posiblemente no son iguales pero sí con una similitud considerable, hasta en la religión católica al menos está el concepto de “Dios quiera” o el “ojalá” que también significa lo mismo. A lo largo de la historia y de las culturas, vemos cosas similares, que posiblemente no sean más que unos mitos, pero que sin duda, alguna intuición al respecto nos dicen sobre la libertad, o en su defecto por lo menos la idea que se tenía en ese lugar y tiempo determinado. Por ejemplo, en casi todas las culturas encontramos las mancias, técnicas empleadas para el esclarecimiento del destino (así es, ahí puse la palabra “destino”) o la suerte, las runas, el tarot, la quiromancia, el café, el cigarro, hepatomancia, las señales, los presagios, los sueños clarividentes, las profecías, el i ching, los oráculos, etc. Todas mancias de alguna u otra manera, intentos por esclarecer el destino de alguien o de algunos, a mí en lo personal, me llaman la atención éstas cosas, de las cuales creo hasta cierta parte en ellas, pero no por que sean adivinatorias en sí, sino por cuestiones algo diferentes que quizá algún día comentaré. Cuestiones como las anteriormente mencionadas a mi entender dan señal de que existe algo que nos controla; es cierto que ya no estamos en la época antigua, pero por ejemplo, en mi país existe infinidad de gente que sigue creyendo esto, y que dicen que el destino y leen diariamente en el periódico su horóscopo, y que todo es si Dios quiere, hasta existe un refrán popular que dice: “uno pone, Dios dispone, llega el diablo y todo lo descompone”, o la clásica frase de “que tengas suerte” el azar es sólo una fuerza más de la que nos gobierna, o talvez una forma más de llamar a esa fuerza externa que nos rige. En la antigüedad los dioses, en las religiones politeístas, eran la voluntad del hombre, y sólo los héroes, posiblemente no todos, eran los únicos capaces de desafiar su moira como lo hizo Ulises (Odisea). En la actualidad, los dioses no han desaparecido, sólo han cambiado, cosas como la publicidad y la mercadotecnia son las que rigen la voluntad de los seres humanos, las grandes corporativas capaces de contratar gente estudiosa de estas actividades son las que en gran medida controlan la voluntad de las personas, ya sea a través de televisión o radio, cine, publicaciones periódicas, espectaculares, carteles en el subterráneo, en la ropa, etc. Es cierto, nada de esto es nuevo para casi nadie, anteriormente no sé cómo era la libertad, o en qué se diferenciaba de ahora, sin embargo estoy seguro que ella es la capacidad de elegir, siempre ha sido aparente esta decisión al elegir, nuestras elecciones se basan únicamente en la relación de conceptos sobre algún objeto en cuestión frente a otro concepto en cuestión, posiblemente lo que llamamos como libertad, sólo sea un mecanismo natural para evitar un colapso en nuestro cerebro al no saber qué hacer, pero todas nuestras elecciones tienen una base en el aprendizaje de las cosas cotidianas y la relaciones que se dan de ellas. Diariamente elegimos, pero… ¿realmente elijo yo, o elije alguien más? Posiblemente quien menos elija sea yo o mejor dicho, sea uno mismo, en otras palabras, ¿lo que quiero, es lo que realmente quiero o es lo que alguien me hizo creer que yo quería?

2 comentarios:

EktoradO dijo...

Esto está muy Matrix. Para lo de los nuevos dioses, te recomiendo La guerra de los sueños, de Marc Augé

--Ociosilandia/Entrettp-- dijo...

Pör qué muy Matrix!?